España: los programas de Vox y el Partido Popular para las elecciones generales del 23 de julio
En el estrado, con las banderas de España y la Unión Europea de fondo, dijo: “No soy el dóberman como algunos me quieren presentar”. Y luego: “Somos la moderación frente al radicalismo y el independentismo”. El presidente del Partido Popular y candidato a la presidencia del gobierno de España, Alberto Núñez Feijóo, pronunció estas palabras el martes, en la presentación del programa de su fuerza política para las elecciones generales que se celebrarán el 23 de julio.
Ese fue el perfil que dibujó una semana después de que el PP se quedase con la presidencia en Baleares al sellar un acuerdo de 110 puntos con el ultraderechista Vox, tras las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Ese pacto contiene un “plan de choque contra la inmigración ilegal” que agilizaría la repatriación en ciertos casos, así como la eliminación de la Oficina de Drets Lingüístics –Oficina de Derechos Lingüísticos–. Punto, este último, que el presidente de Vox y candidato a la presidencia, Santiago Abascal, celebró con particular ahínco pues en su lugar se creará la Oficina de Garantía de Libertad Lingüística, una división “política” que gestionará su partido y “terminará con 40 años de imposición del catalán en las aulas”.
Ahora, con el aval del PP –el aparente moderado de la clase que aceptó que todas sus iniciativas pasen por una comisión de seguimiento en la que Vox tendrá que dar su visto bueno–, “los padres podrán escolarizar a sus hijos en español” y el manejo del catalán dejará de ser un requisito para ingresar en la administración pública.
Es que en este momento el PP acomoda el cuerpo a dos situaciones que corren en paralelo. Con Vox no compite sólo contra “el sanchismo” para las elecciones del 23J, sino entre sí. Eso hace que cada uno quiera marcar su perfil y llevar agua para su molino pero, mientras se desmarcan para esa instancia, cierran acuerdos –en algunos casos tras arduas negociaciones– para gobernar en distintas comunidades y ayuntamientos.
En la carrera hacia las generales, el PP se presenta como un partido catch-all, que no representa ninguna ideología sino medidas reales. Bajo la capa de la tecnocracia y la “alternativa serena”, apunta a atraer a la derecha y a quien consiga de centro, de centroizquierda, indeciso o desencantado, sin dejar de guiñarle el ojo a una agenda regresiva en materia de derechos alcanzados bajo los gobiernos del PSOE/Unidas Podemos. Se muestra entonces como el partido que busca la conciliación entre hombres y mujeres, entre trabajadores y empresarios, entre jóvenes y adultos mayores, aunque, vistas sus políticas hasta el momento y su programa, se trata sólo de una aparente igualdad. Lo cierto es que su plan económico no apunta a beneficiar a las mayorías y, a la hora de hablar de los derechos de la comunidad LGBTI+ y de las mujeres, recurren al latiguillo de no someter a la mayoría a lo que pretenden algunas minorías.
El programa del PP, de 365 puntos –“uno por cada día, para cada año”–, se apoya en cuatro ejes: la igualdad, la sostenibilidad, la digitalización y el reto demográfico. Lo primero lo resuelve en una carilla y cuatro puntos que refieren únicamente a la igualdad entre hombres y mujeres en el mercado laboral.
De la ley trans no se dice que será derogada –ese es el término más sencillo para hacer una búsqueda rápida de retrocesos en los programas de Vox y el PP–, sino que habrá una nueva que surgirá del diálogo “con todos los sectores sociales y profesionales” para alcanzar un consenso.
En esa frase no queda plasmada la virulencia de las opiniones que Feijóo ha volcado sobre esta ley que considera un “disparate” ya que resulta “mucho más fácil cambiarse de sexo que sacarse el carnet de conducir”, como dijo un mes atrás en una entrevista en Onda Cero.
Sin embargo, algo de eso se cuela en el punto que refiere a “una sociedad libre de violencia machista y que respete a todos”, donde el PP reafirma que “rechaza también la asunción de las posiciones más extremas ante la transexualidad” y promete: “Legislaremos con la máxima prudencia para conciliar la expresión de la identidad personal con el cuidado a las mujeres, a la infancia y a las familias”.
Además, en materia de derechos, el PP propone reincorporar en la legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo el deber de contar con el consentimiento de los titulares de la patria potestad cuando se trate de menores de edad de 16 o 17 años, lo que revertiría ese punto reformado este año bajo el impulso del Ministerio de Igualdad.
Por otro lado, si algo no oculta el partido es su aversión a los independentistas, por lo que el programa propone también reincorporar el delito de sedición, incrementar las penas por malversación y regular “otras conductas de deslealtad de las instituciones dirigidas a poner en peligro la paz y el orden constitucional”, tales como referéndums o consultas que no hayan sido autorizados, en una clara reminiscencia de Cataluña en 2017.
En cuanto al plan económico, si bien el PP prevé rebajar el Impuesto sobre Sociedades para las Pymes y el IRPF –Feijóo dice que será para quienes cobren menos de 40.000 euros, pero el programa no establece montos–, su política apunta fundamentalmente a beneficiar a quienes poseen los mayores capitales con la eliminación del impuesto a las grandes fortunas. En ese sentido, no puede pasar desapercibida la iniciativa de incorporar “el derecho al error” en el ordenamiento tributario, pues significa que se perdone a quien coloque datos erróneos en las declaraciones de contribuyentes. Y quien dice error puede estar diciendo omitir intencionalmente información para no declarar todos los bienes.
Respecto de las derogaciones que promete, se incluye la ley por el derecho a la vivienda, que comenzó a regir en mayo de este año. En el texto se regula el mercado del alquiler, al determinar, entre otros puntos, el límite máximo del 10% en el aumento de la renta en nuevos contratos bajo determinadas circunstancias y un porcentaje determinado del suelo para la construcción de viviendas públicas. También brinda beneficios fiscales a las casas en alquiler con precios más bajos y establece un “incremento máximo anual del 3% del alquiler” en los contratos vigentes el próximo año. Dichas resoluciones no caben en la concepción económica del PP, que se inclina por un Estado “eficaz” que reduzca al mínimo indispensable su participación en el mercado y deje que la competencia entre privados lo regule.
El programa del PP también plantea derogar la Ley de la Memoria Democrática, de 2022, conocida en el exterior como la “ley de nietos”. Esta norma permite que puedan solicitar la nacionalidad española quienes tuvieran madre, padre, abuela o abuelo españoles que hayan tenido que exiliarse por razones políticas, ideológicas, religiosas o de identidad sexual durante la guerra civil o la dictadura y hayan perdido o renunciado a la nacionalidad española.
En la presentación del programa, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, hizo hincapié en lo imperioso que es “recuperar” el Estado de derecho en el país, “recuperar la integralidad de la institucionalidad democrática”.
Por lo pronto, en su afán de distinguirse de Vox, el lunes en un encuentro organizado por el medio La Razón, Feijóo le envió un mensaje al socio ultraderechista que tiene en algunas comunidades: no quiere unirse con quienes están “en contra de principios innegociables, como la violencia machista o la protección del medioambiente”. En las últimas horas, el candidato del PP ha insistido en su deseo de gobernar con la mayoría absoluta de su partido.
Fuente: La Diaria